Supongamos que tú recoges tu flamante coche del concesionario y al día siguiente te vas de viaje con él. Como debe ser habitual, tú llevas tu llave y tu pareja la otra.
Supongamos que puedes también cometer un error y perder la llave original, pero como tienes otra, simplemente juras en arameo por el costo de la copia, pero tienes otra..., o no.
Puede ser un error venial o un error grave, no para sacar nada de provecho material por él, pero puede ser un verdadero problema. Quien tiene que comprobar que el coche está en perfectas condiciones de circular es el concesionario, no el cliente.
¿Habrá que añadir a la lista de comprobaciones que el nivel de aceite es el correcto?, ¿el agua de los limpias?, ¿la presión de las ruedas?, etc. etc.