Llevo tiempo leyendo vuestras exposiciones y comentarios sobre este asunto, .....
intentaba no hacer comentarios, y tal vez, no debiera hacerlo ahora tampoco, ...veremos....
Comenta el compañero
@Jcc "que respeta y que no tiene nada en contra", ......
Desde luego que también yo respeto y además agradezco, todas las ayudas y las opiniones de los compañeros, como no podría ser de otra forma,
pero ¿en contra? absolutamente todo
He leído por ahí que...hay que dedicarle "
algo de más tiempo para limpiarlo", ...... y es cierto,
pero tan cierto como que eso es una autentica CHAPUZA. A este paso alguien dirá que, ya puestos, con un estropajo nanas se limpia mejor.
Si frio en mi cocina chuletas y mancho la plancha, la encimera, el suelo, la campana, incluso la pared, le tengo que dedicar un poco de más tiempo de lo normal, eso es lógico y normal; si además salta grasa al frigorífico, es una p...da y una incomodidad, pero también podría entrar dentro de cierta normalidad. Pero si entra grasa en el interior del frigorífico y el técnico me dice que tengo que dedicarle un poco de más tiempo a la limpieza del interior de la puerta, le doy en el frigorífico en la cabeza. ( se me ocurre otras, varias formas de expresarlo, pero no son tan diplomáticas).
Si en un foro de SIEMENS, con todas la buenas intenciones de los compañeros, ponemos fotos de las gomas que podría haber puesto en la puerta del frigorífico, burletes, bolsas del Mercadona, o cualquier producto del chino de la esquina, para que no le entrase grasa del exterior, ....... me parecería casi surrealista, .... .... semejantes soluciones las he visto en los coches de los marroquíes en Tarifa, que recogen frigoríficos de la basura y les pegan gomas para que no se escape el frio, o no le entre el polvo del desierto, vaya usted a saber.
-Que las puertas cierren mal, es cierto, cierran
PEOR que mal; crea DUDAS.
-Que entra suciedad en el interior de las puertas, que entra, crea más DUDAS,
= pero que todo un jefe de taller de
SEAT, te diga que eso es
NORMAL, creo que



despeja las dudas.
Al menos yo, intentaré resistirme a padecer el Síndrome de Estocolmo.