Pakomalaga
Forero Experto
Pues aunque me parezca increíble, por fin llegó el día de presentar a mi 'DEMONIO DE TASMANIA'.
Todo empezó hace más o menos un año. El Toledo ya empezaba a dar síntomas de vejez (año 2000) y durante los últimos 12 meses había invertido bastante dinero en él sólo para mantenerlo y darle un lavado de cara, así que cuando pasé la ITV del 2017 decidí que sería la última y no volvería a poner ni un € más en él a excepción del combustible.
Mi taller de confianza era casualmente concesionario KIA y siempre que llevaba el Toledo o el PT-Cruiser a alguna reparación me ponía a ver los coches de la exposición, y el que más me gustaba era el Sportage. Además los años no pasan en balde y entrar y salir del Toledo empezaba a ser más un engorro que una rutina, por lo que empecé a decidir que mi próximo coche sería un SUV.
En enero empecé a mirar en serio marcas y precios. Me hice una hoja de cálculo con todos los SUVs del segmento C que era el que consideraba más adecuado a mis necesidades, en esa hoja reflejaba los motores más interesantes así como el equipamiento de serie, el opcional, y los precios. Debo confesar que en ese tiempo el Ateca no me terminaba de entrar por el ojo, le veía un diseño anodino respecto a la competencia, algo que creo que en el fondo le beneficia. No te cansas de verlo y cuanto más lo ves más gusta, al menos eso me ha pasado a mí.
Como decía, en esa hoja de cálculo comparaba todos los modelos, y aunque mi primera opción era el KIA Sportage siempre salía el Ateca como el modelo más equilibrado y con mejor relación motor/equipamiento/precio. Por más que miraba no había un coche que cumpliera con todo lo que yo quería. A unos no se le podía poner techo solar; otros no tenían crucero adaptativo; otros no llevaban faros led; otros lo podían llevar todo pero el motor o el cambio no me convencían, etc, etc. El único que podía llevar todo lo que yo quería era el Ateca. Además llevaba varios años trasteando en el Toledo con el VAG-COM y tener esa posibilidad de configurar a mi gusto ciertos aspectos del coche, algo imposible en otras marcas, inclinaba cada vez más la balanza hacia el Ateca.
La decisión final se tomó el 25 de mayo. Dos días antes me pasé por el concesionario SEAT de mi pueblo para plantar mi trasero en un Ateca y la primera impresión fue fabulosa, era bastante más amplio de lo que me imaginaba ya que la mayoría de opiniones decían que un Ateca es un León levantado, y entrar y salir de él es una delicia.
Al día siguiente descubrí este foro y me enteré de la oferta del motor 2.0 TSI de 190 CV, y el 25 estaba reservando un FR-Plus con todos los extras en Gris Rodium.
Lo que vino después ya casi todos lo sabéis, la larga espera, la falta de noticias, la homologación WLTP, el retraso en homologar ese motor, etc, etc. Empezaba a estar desesperado cuando en octubre surgió el tema CUPRA. No era una decisión fácil, por un lado era empezar de nuevo de cero con el riego que eso conlleva, aunque prometían entrega en diciembre, y pasar de 190 CV que ya son muchos, a nada menos que 300. Por otro lado el precio subía, pero entre la oferta de lanzamiento y el quitar algunos extras que veía prescindibles pude cuadrar el precio, así que me lancé al vacío y el 19 de octubre lo reservé, y el 21 de diciembre -día de mi cumpleaños- me lo entregaron. Menudo regalo de cumpleaños.


Todo empezó hace más o menos un año. El Toledo ya empezaba a dar síntomas de vejez (año 2000) y durante los últimos 12 meses había invertido bastante dinero en él sólo para mantenerlo y darle un lavado de cara, así que cuando pasé la ITV del 2017 decidí que sería la última y no volvería a poner ni un € más en él a excepción del combustible.
Mi taller de confianza era casualmente concesionario KIA y siempre que llevaba el Toledo o el PT-Cruiser a alguna reparación me ponía a ver los coches de la exposición, y el que más me gustaba era el Sportage. Además los años no pasan en balde y entrar y salir del Toledo empezaba a ser más un engorro que una rutina, por lo que empecé a decidir que mi próximo coche sería un SUV.
En enero empecé a mirar en serio marcas y precios. Me hice una hoja de cálculo con todos los SUVs del segmento C que era el que consideraba más adecuado a mis necesidades, en esa hoja reflejaba los motores más interesantes así como el equipamiento de serie, el opcional, y los precios. Debo confesar que en ese tiempo el Ateca no me terminaba de entrar por el ojo, le veía un diseño anodino respecto a la competencia, algo que creo que en el fondo le beneficia. No te cansas de verlo y cuanto más lo ves más gusta, al menos eso me ha pasado a mí.
Como decía, en esa hoja de cálculo comparaba todos los modelos, y aunque mi primera opción era el KIA Sportage siempre salía el Ateca como el modelo más equilibrado y con mejor relación motor/equipamiento/precio. Por más que miraba no había un coche que cumpliera con todo lo que yo quería. A unos no se le podía poner techo solar; otros no tenían crucero adaptativo; otros no llevaban faros led; otros lo podían llevar todo pero el motor o el cambio no me convencían, etc, etc. El único que podía llevar todo lo que yo quería era el Ateca. Además llevaba varios años trasteando en el Toledo con el VAG-COM y tener esa posibilidad de configurar a mi gusto ciertos aspectos del coche, algo imposible en otras marcas, inclinaba cada vez más la balanza hacia el Ateca.
La decisión final se tomó el 25 de mayo. Dos días antes me pasé por el concesionario SEAT de mi pueblo para plantar mi trasero en un Ateca y la primera impresión fue fabulosa, era bastante más amplio de lo que me imaginaba ya que la mayoría de opiniones decían que un Ateca es un León levantado, y entrar y salir de él es una delicia.
Al día siguiente descubrí este foro y me enteré de la oferta del motor 2.0 TSI de 190 CV, y el 25 estaba reservando un FR-Plus con todos los extras en Gris Rodium.
Lo que vino después ya casi todos lo sabéis, la larga espera, la falta de noticias, la homologación WLTP, el retraso en homologar ese motor, etc, etc. Empezaba a estar desesperado cuando en octubre surgió el tema CUPRA. No era una decisión fácil, por un lado era empezar de nuevo de cero con el riego que eso conlleva, aunque prometían entrega en diciembre, y pasar de 190 CV que ya son muchos, a nada menos que 300. Por otro lado el precio subía, pero entre la oferta de lanzamiento y el quitar algunos extras que veía prescindibles pude cuadrar el precio, así que me lancé al vacío y el 19 de octubre lo reservé, y el 21 de diciembre -día de mi cumpleaños- me lo entregaron. Menudo regalo de cumpleaños.




Última edición: