Creo que este tema es muy interesante, y el planteamiento de
@Javier Somoza, provocativo como a veces es él, fomenta un debate del que todos podemos aprender algo, lo cual es de agradecer.
Yo creo que Javier tiene razón en algunas cosas y está errado en otras. Obviamente y mal que nos pese a muchos, el futuro está encaminado a que el cambio manual desaparezca. Es la transición lógica y el resultado de la tendencia cada vez más latente de automatizar el control de todo (hoy en día especialmente apreciable en la cada vez mayor presencia de asistentes electrónicos).
No obstante y a diferencia del mercado americano, donde llevan muchos años prefiriendo el cambio automático, el mercado Europeo y, en especial, el Español, se ha decantado siempre por el cambio manual. Esto es algo que se ha ido invirtiendo a medida que los fabricantes ofrecían alternativas mejores y más económicas, y creo que esta tendencia continuará en los años venideros. Pero eso no quiere decir que las marcas puedan permitirse prescindir de un plumazo de las opciones de cambio manual, pues aun hay un muy alto porcentaje de conductores que reclama este tipo de cambios.
Con lo que no estoy nada de acuerdo es con "
la parte pasional de la automoción es minoritaria". Ni con "
pasion y motor es siempre sinonimo de velocidad". Yo me considero un gran apasionado del motor, un ferviente amante del Ateca, y para nada asocio eso con la velocidad. La compra de un coche, para mucha gente, es algo más que cuatro ruedas y un volante, algo más que un medio para ir del punto A al punto B lo más cómodo posible, es una meta, un capricho mezclado con la necesidad, un hobby o un sueño. No puedo creer que ni tú mismo creas que conducir un coche carezca totalmente de cualquier atisbo de sentimiento. Dudo que, cuando estas en tu Ateca, solo pienses en llegar al punto B. Todo esto que, aparentemente, poco tiene que ver con el tema en cuestión, tiene de hecho más relación de lo que parece, pues muchos de los que amamos el cambio manual, lo hacemos porque nos gusta conducir. Nos gusta dominar la situación, nos gusta tener el control, gobernar el auto y a nuestro motor, nos gusta trabajar intensamente en una carretera de montaña para sacar lo mejor, nos gusta estirar la marcha hasta que nosotros, y no nuestro coche, decidamos cambiar a la siguiente.
Yo no soy estúpido, y sé que el cambio manual, a medida que pase el tiempo, será cada vez más difícil de obtener, acabará siendo más caro que el automático y, finalmente, desaparecerá. Entonces, yo conduciré un automático, y seguro que será maravilloso hacerlo y cambiará de marcha a hyper-velocidad. Pero por ahora, sinceramente, no tengo prisa porque ese momento llegue, así que espero poder disfrutar muchos años y muchos kilómetros del cambio manual de mi Seat Ateca, así como disfrutar yendo de A, a B.