Christian
Forero Experto
- Motor
- 1.4 EcoTSI 150 CV
- Versión
- Xcellence
- Color
- Plata Brillante
Por fin, por fin, por fin... después de 4 mesecitos que sinceramente, no se me han hecho largos, porque nuestro canajo de 7 meses lo ha hecho muy ameno, nuestro Ateca ya está con nosotros.
Está de hecho desde el miércoles pasado, pero entre el susodicho, compromisos familiares y demás, no he podido hacer antes este hilo (por no poder, no he podido ni enseñarlo en condiciones a amigos/familia).
Poco puedo añadir a lo que ya han dicho muchos, pero personalmente es un sueño hecho realidad. En mi vida habría imaginado tener un coche de esta clase (cuando digo clase, es CLASE). No me acostumbro a que esta maquinorra elegante sea mía. Venir de una Scenicucha de 10 años lastimera y diesel de baja potencia de segunda mano, y pasar a esta bestia (ese carácter a partir de las 3000 vueltas...) con esta presencia; tanto por las formas como por su brillo plateado que me recuerda al acero con el que trabajo día a día (parádojicamente el color que descarté el primer día, y que hoy no cambiaría por nada del mundo, pero esa es otra historia...), con sus luces estilizadas... y su equipamiento tecnológico que te hace sentir a los mandos de algo más que un simple aparato con propulsión y dirección.
Estéticamente, es que me vuelve loco. Mirado desde arriba y atrás (es lo que tiene vivir en un 4º piso) tiene una silueta de yate, musculoso pero refinado. Mirado desde atrás, parece el casco de un Stormtrooper de STAR WARS (no me digáis que no...) y desde delante el toque deportivo puro. De lado, la invitación a entrar una vez más y disfrutarlo. Sentado a los mandos, esa sensación de estar pilotando algo más sofisticado y complejo que un coche. Mirado desde detrás cargando el maletero (o también llamado el muelle de carga: porque con semejante capacidad, "maletero" se queda corto) y con la bandeja sin atar al portón, te quedas bobo mirando el interior. "-Qué es esto. Qué nos hemos comprado... Qué pasada". Comentario repetido por mi mujer y yo desde el miércoles. Esos intermitentes delanteros que te hacen sí o sí quedarte mirando... "¿Qué coche es este? no lo he visto anunciado".
En carretera, la sensación de estar a los mandos de algo mucho más sofisticado que la Scenic. La gasolina, esa gran desconocida para mí, con sus marchas más largas, su silencio a bajas vueltas, ese murmullo que solo aprecias cuando ya no está al activarse el Start & Stop; su rugido en las 3000rpm en adelante...
El full link, el poder disponer de Google Maps y Spotify integrado en mi coche, ¡¡qué más puedo pedir!! para mi día a día son utilidades básicas, sobre todo por la música. Echo de menos poder moverme por los menús desde el volante, eso sí...
Y para terminar de momento, las cámaras 360º. Qué prodigio. Por un lado su practicidad a la hora de aparcar, donde sea, para apurar y para moverte con la seguridad de que no vas a tocar nada. Por otro lado la misma sensación de que ya no mueves un "simple" coche, estas pilotando una estación. Te transmite una satisfacción indescriptible disponer de estas tecnologías, que complementan de manera tan perfecta la experiencia de conducir que para mí es uno de los placeres que nunca caducan.
Para quien lo disfrute como yo entenderá todo esto. Para quien no, habré sido un completo hortera, y lo reconozco

.
No tengo fotos decentes de momento, pero dejo estas para empezar:
Momento entrega:





Ya en casa (de vez en cuando lo miro desde la ventana. Es una tortura no tener garaje...)
Está de hecho desde el miércoles pasado, pero entre el susodicho, compromisos familiares y demás, no he podido hacer antes este hilo (por no poder, no he podido ni enseñarlo en condiciones a amigos/familia).
Poco puedo añadir a lo que ya han dicho muchos, pero personalmente es un sueño hecho realidad. En mi vida habría imaginado tener un coche de esta clase (cuando digo clase, es CLASE). No me acostumbro a que esta maquinorra elegante sea mía. Venir de una Scenicucha de 10 años lastimera y diesel de baja potencia de segunda mano, y pasar a esta bestia (ese carácter a partir de las 3000 vueltas...) con esta presencia; tanto por las formas como por su brillo plateado que me recuerda al acero con el que trabajo día a día (parádojicamente el color que descarté el primer día, y que hoy no cambiaría por nada del mundo, pero esa es otra historia...), con sus luces estilizadas... y su equipamiento tecnológico que te hace sentir a los mandos de algo más que un simple aparato con propulsión y dirección.
Estéticamente, es que me vuelve loco. Mirado desde arriba y atrás (es lo que tiene vivir en un 4º piso) tiene una silueta de yate, musculoso pero refinado. Mirado desde atrás, parece el casco de un Stormtrooper de STAR WARS (no me digáis que no...) y desde delante el toque deportivo puro. De lado, la invitación a entrar una vez más y disfrutarlo. Sentado a los mandos, esa sensación de estar pilotando algo más sofisticado y complejo que un coche. Mirado desde detrás cargando el maletero (o también llamado el muelle de carga: porque con semejante capacidad, "maletero" se queda corto) y con la bandeja sin atar al portón, te quedas bobo mirando el interior. "-Qué es esto. Qué nos hemos comprado... Qué pasada". Comentario repetido por mi mujer y yo desde el miércoles. Esos intermitentes delanteros que te hacen sí o sí quedarte mirando... "¿Qué coche es este? no lo he visto anunciado".
En carretera, la sensación de estar a los mandos de algo mucho más sofisticado que la Scenic. La gasolina, esa gran desconocida para mí, con sus marchas más largas, su silencio a bajas vueltas, ese murmullo que solo aprecias cuando ya no está al activarse el Start & Stop; su rugido en las 3000rpm en adelante...
El full link, el poder disponer de Google Maps y Spotify integrado en mi coche, ¡¡qué más puedo pedir!! para mi día a día son utilidades básicas, sobre todo por la música. Echo de menos poder moverme por los menús desde el volante, eso sí...
Y para terminar de momento, las cámaras 360º. Qué prodigio. Por un lado su practicidad a la hora de aparcar, donde sea, para apurar y para moverte con la seguridad de que no vas a tocar nada. Por otro lado la misma sensación de que ya no mueves un "simple" coche, estas pilotando una estación. Te transmite una satisfacción indescriptible disponer de estas tecnologías, que complementan de manera tan perfecta la experiencia de conducir que para mí es uno de los placeres que nunca caducan.
Para quien lo disfrute como yo entenderá todo esto. Para quien no, habré sido un completo hortera, y lo reconozco



No tengo fotos decentes de momento, pero dejo estas para empezar:
Momento entrega:





Ya en casa (de vez en cuando lo miro desde la ventana. Es una tortura no tener garaje...)

Última edición: