Estos días he estado de ruta por tierras extremeñas.
Desde que he sido padre hará unos 2 años y medio no he podido disfrutar de este tipo de salidas más haya de las vacaciones de verano y he de decir que lo echaba de menos.
Conducir el Ateca es una gozada, ya sea simplemente dejándonos llevar a velocidad de crucero y con los asistentes puestos, con lo que conducción se hace muy fácil y nada cansada, o ya sea conduciendo por carreteras de montaña en modo sport.
El Ateca ya tiene su tiempo y aún sigo notando gente me sigue con la mirada, quizás porque les guste el coche o quizás porque un samoano llama la atención haya por donde pasa
Aquí subimos al
Meandro el Melero, se puede subir andando perfectamente, pero con un niño de 2 años y medio, lo mejor es subir hasta el mismo mirador. Eso sí, el camino no está asfaltado, es una pista de tierra rota con infinidad de piedras, pero que se puede hacer perfectamente incluso con un coche que no sea muy bajo. Eso sí teniendo cuidado.
Y aquí uno de los pueblos que hemos visitado,
Robledillo de Gata, un lugar pintoresco que merece la pena visitar.
En cuanto a consumos, el Ateca no deja de sorprenderme haciendo unos consumos muy moderados sino nos pesa el pie, yo voy siempre a la velocidad que marca la vía, aunque en ocasiones si la velocidad desciende mucho a veces no le hago ni caso.
Aquí los consumos de la ida.
Modo ECO, 2 adultos y un niño, maletero lleno.
Ensanche de Vallecas - Guijo de Granadilla
Fuimos a 100 km/h con el ACC en autovia ya que no teníamos prisa e íbamos a parar a medio camino.
Fuimos sin tráfico alguno.
La vuelta hoy, retenciones desde casi 200 kms de Madrid, por lo que no hemos podido ir siempre a 100, lo que ha hecho que haya bajado la media.
Tras casi 2 años con el Ateca no puedo estar más contento con el.