RaulKO
Forero Experto
Abro este hilo para hablar sobre mi experiencia conduciendo un Toyota Auris Hybrid del 2017. El coche me ha servido de transporte en mis vacaciones en Escocia, por donde he recorrido más de 1.800 kilómetros a sus mandos (y encima en el lado derecho...
).
Debo decir que esta review, como no puede ser de otra forma, será un tanto comparativa con el coche que poseo hoy en día (y el cual todos sabemos que modelo es…
).
PRIMERA IMPRESIÓN
Es la de un coche compacto que no destaca especialmente a nivel estético, claro que esto es cuestión de gustos. No es demasiado agresivo ni demasiado sobrio, y se mantiene en un cómodo medio camino entre ambas opciones. Personalmente no me parece un coche especialmente bonito o llamativo desde fuera, si bien tampoco creo que sea feo. Su línea es baja y alargada, dando sensación de tener cierta pretensión de ser un coche aerodinámicamente efectivo...

Una vez en el interior, el puesto de conducción destaca por su buena disposición. El panel central te envuelve bien y el cuadro resulta fácil de leer, con mucha y adecuada información. Aunque los materiales dan la sensación de estar bien acabados, hay algunas cosas, como la palanca de selección de marcha (en mi caso, un automático) que dan la impresión de no estar a la altura de otros elementos, como el tapizado, que si da una sensación agradable.
El volante me ha gustado, si bien la calidad de materiales no llega a las del Ateca, y resulta más grueso y de diámetro mayor. Tampoco me acabó de convencer la disposición y tamaño excesivamente grande de sus botones, aunque supongo que eso es cuestión de acostumbrarse…
La pantalla central está más baja que la de nuestro Ateca, por lo que hay que desviar más la vista para verla. El navegador responde con una velocidad considerablemente menor al equipado por Seat.

Una vez en movimiento, lo primero que me sorprendió (y no precisamente para bien) fueron la cantidad de “grillos” que, a medida que el coche avanzaba sus primeros metros, iban haciendo aparición, casi hasta parecer estar en una jaula… De verdad que me pareció increíble, y más para un nuevo modelo con poco más de 7.000 kilómetros… A su lado, mi Ateca (que como algunos sabréis, ha tenido y aún tiene algún problema de este tipo) me pareció totalmente silencioso…
Había grillos por todos los lados, en los embellecedores de las puertas, en el pilar B, en el salpicadero (también parecía haber una especie de tornillo interno suelto que se movía y hacía ruido solo en las curvas pronunciadas), en el panel central... vamos, un auténtico horror… Aunque al principio me molestó un poco, no tardé en acostumbrarme a ellos y despreocuparme (total, el coche no era mío...), si bien es algo inaceptable en un coche nuevo, y quiero achacarlo a un problema particular con la unidad que yo conduje, ya que sino los de Toyota van a tener serios problemas con esto…
En marcha, el coche daba buenas sensaciones, aunque en esos primeros kilómetros yo estaba más preocupado tomándole la medida al coche desde el asiento de la derecha, normalmente ocupado por el co-piloto y que representaba, de repente, todo un cambio de perspectiva y de distancias relativas…
La insonorización del habitáculo es buena, si bien el sonido de rodadura, así como si pasamos por un charco o un bache, se escucha bastante más que en otros coches, lo que me da la impresión, se debe a una insonorización más pobre en la parte baja del coche y la zona de paso de rueda que la que montan otros coches como el Ateca…

EL HIBRIDO EN CARRETERA
Una de las grandes novedades para mí al conducir este coche, además del cambio automático CVT, ha sido el motor que impulsa esta máquina, que en realidad son dos motores, uno eléctrico de 82 CV y uno de gasolina de 99 CV, los cuales, en acción combinada, otorgan una potencia nada desdeñable de 136 CV.
Los datos del motor, para los que no lo sepáis, son los siguientes:
De forma para nada sorpresiva, hay que decir que este motor es especial y requiere de una conducción un tanto distinta para que responda mínimamente bien en las carreteras de montaña escocesas o bien en las “pseudo autopistas” limitadas a 110 kilómetros por hora que hay en el país. La mecánica híbrida favorece ciertas cosas pero penaliza otras, por ello, el coche optimiza muy bien la energía cuando salimos de parado (con el motor eléctrico si tenemos batería) o bien no ejercemos presión en el acelerador, por ejemplo, en bajadas. Por el contrario, el coche sufre mucho en las subidas, dado su bajo par, y frecuentemente se queda corto de empuje, lo que requiere hundir más el pedal del acelerador, haciendo que el cambio CVT revolucione el motor y disparando así el consumo…

Honestamente, cuando pisé el acelerador a fondo por primera vez pensé, “por favor, mi Ateca se lo come en aceleración…”. El coche en modo POWER (modo de conducción más agresivo y menos conservador con el combustible), no acelera mal, y he podido hacer múltiples adelantamientos en carreteras secundarias, pero es verdad que mi 2.0 lo supera ampliamente en este apartado.
Si llaneamos, no obstante, el coche responde bastante bien, y es capaz de ir considerablemente alegre (en Escocia iba adelantando a “to quisqui” en las carreteras de dos carriles sin excesivo esfuerzo). Eso sí, en cuanto la carretera empezaba a subir, se acababa lo bueno y el coche se convertía en un aparato lento y de consumo elevado. Y es que con un par tan bajo, me recordaba al pequeño Kalos de mi madre….
Aun así, me ha parecido un coche muy noble y fácil de guiar, con una dirección precisa aunque algo inestable en el punto central, siempre tendiendo a ir hacia uno de los lados, lo que hacía difícil (o más laborioso) mantener el coche centrado en el carril. El coche traza bien las curvas y tiene una suspensión firme aunque confortable. Da en todo momento sensación de seguridad, incluso bajo intensa lluvia y fuerte viento, y me ha parecido un coche seguro y dócil, muy fiel a los dictados del conductor y que transmite bien la situación de agarre y el estado del asfalto…

Otro punto destacable es su poder de frenada, que me atrevería a decir es superior al del Ateca, muy poderoso en esos momentos en los que algo repentino requiere una disminución rápida de la velocidad. Yo creo que lo consigue gracias a un peso total comedido y un buen equipo de frenos, los cuales, por otra parte, en ciudad, hacen un ruido excesivo al accionarse y frenar.
En definitiva, un coche noble que sabe moverse por cualquier carretera y que se deja guiar a la perfección, sin malos rollos ni medias tintas, y un motor que deja muy claras cuáles son sus posibilidades, y cuales no.

Debo decir que esta review, como no puede ser de otra forma, será un tanto comparativa con el coche que poseo hoy en día (y el cual todos sabemos que modelo es…

PRIMERA IMPRESIÓN
Es la de un coche compacto que no destaca especialmente a nivel estético, claro que esto es cuestión de gustos. No es demasiado agresivo ni demasiado sobrio, y se mantiene en un cómodo medio camino entre ambas opciones. Personalmente no me parece un coche especialmente bonito o llamativo desde fuera, si bien tampoco creo que sea feo. Su línea es baja y alargada, dando sensación de tener cierta pretensión de ser un coche aerodinámicamente efectivo...

Una vez en el interior, el puesto de conducción destaca por su buena disposición. El panel central te envuelve bien y el cuadro resulta fácil de leer, con mucha y adecuada información. Aunque los materiales dan la sensación de estar bien acabados, hay algunas cosas, como la palanca de selección de marcha (en mi caso, un automático) que dan la impresión de no estar a la altura de otros elementos, como el tapizado, que si da una sensación agradable.
El volante me ha gustado, si bien la calidad de materiales no llega a las del Ateca, y resulta más grueso y de diámetro mayor. Tampoco me acabó de convencer la disposición y tamaño excesivamente grande de sus botones, aunque supongo que eso es cuestión de acostumbrarse…
La pantalla central está más baja que la de nuestro Ateca, por lo que hay que desviar más la vista para verla. El navegador responde con una velocidad considerablemente menor al equipado por Seat.

Una vez en movimiento, lo primero que me sorprendió (y no precisamente para bien) fueron la cantidad de “grillos” que, a medida que el coche avanzaba sus primeros metros, iban haciendo aparición, casi hasta parecer estar en una jaula… De verdad que me pareció increíble, y más para un nuevo modelo con poco más de 7.000 kilómetros… A su lado, mi Ateca (que como algunos sabréis, ha tenido y aún tiene algún problema de este tipo) me pareció totalmente silencioso…
Había grillos por todos los lados, en los embellecedores de las puertas, en el pilar B, en el salpicadero (también parecía haber una especie de tornillo interno suelto que se movía y hacía ruido solo en las curvas pronunciadas), en el panel central... vamos, un auténtico horror… Aunque al principio me molestó un poco, no tardé en acostumbrarme a ellos y despreocuparme (total, el coche no era mío...), si bien es algo inaceptable en un coche nuevo, y quiero achacarlo a un problema particular con la unidad que yo conduje, ya que sino los de Toyota van a tener serios problemas con esto…
En marcha, el coche daba buenas sensaciones, aunque en esos primeros kilómetros yo estaba más preocupado tomándole la medida al coche desde el asiento de la derecha, normalmente ocupado por el co-piloto y que representaba, de repente, todo un cambio de perspectiva y de distancias relativas…
La insonorización del habitáculo es buena, si bien el sonido de rodadura, así como si pasamos por un charco o un bache, se escucha bastante más que en otros coches, lo que me da la impresión, se debe a una insonorización más pobre en la parte baja del coche y la zona de paso de rueda que la que montan otros coches como el Ateca…

EL HIBRIDO EN CARRETERA
Una de las grandes novedades para mí al conducir este coche, además del cambio automático CVT, ha sido el motor que impulsa esta máquina, que en realidad son dos motores, uno eléctrico de 82 CV y uno de gasolina de 99 CV, los cuales, en acción combinada, otorgan una potencia nada desdeñable de 136 CV.
Los datos del motor, para los que no lo sepáis, son los siguientes:
- Cilindrada: 1.798 cm³
- Motor: 4 cilindros en línea (99 CV) y motor eléctrico (82 CV)
- Potencia combinada: 136 CV
- Par máximo: 142 Nm CEE a 4.000 RPM (motor térmico)
- Peso en vacío: 1.310 kg.
- Velocidad máxima: 180 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 10,9 s
- Transmisión: Automática
- Consumo urbano: 3,7 l/100 km
- Consumo extraurbano: 3,7 l/100 km
- Consumo mixto: 3,8 l/100 km
- Combustible: Gasolina
- Capacidad del depósito: 45 litros
- Capacidad del maletero: 360 litros
- Neumáticos: 225/45 R17
De forma para nada sorpresiva, hay que decir que este motor es especial y requiere de una conducción un tanto distinta para que responda mínimamente bien en las carreteras de montaña escocesas o bien en las “pseudo autopistas” limitadas a 110 kilómetros por hora que hay en el país. La mecánica híbrida favorece ciertas cosas pero penaliza otras, por ello, el coche optimiza muy bien la energía cuando salimos de parado (con el motor eléctrico si tenemos batería) o bien no ejercemos presión en el acelerador, por ejemplo, en bajadas. Por el contrario, el coche sufre mucho en las subidas, dado su bajo par, y frecuentemente se queda corto de empuje, lo que requiere hundir más el pedal del acelerador, haciendo que el cambio CVT revolucione el motor y disparando así el consumo…

Honestamente, cuando pisé el acelerador a fondo por primera vez pensé, “por favor, mi Ateca se lo come en aceleración…”. El coche en modo POWER (modo de conducción más agresivo y menos conservador con el combustible), no acelera mal, y he podido hacer múltiples adelantamientos en carreteras secundarias, pero es verdad que mi 2.0 lo supera ampliamente en este apartado.
Si llaneamos, no obstante, el coche responde bastante bien, y es capaz de ir considerablemente alegre (en Escocia iba adelantando a “to quisqui” en las carreteras de dos carriles sin excesivo esfuerzo). Eso sí, en cuanto la carretera empezaba a subir, se acababa lo bueno y el coche se convertía en un aparato lento y de consumo elevado. Y es que con un par tan bajo, me recordaba al pequeño Kalos de mi madre….
Aun así, me ha parecido un coche muy noble y fácil de guiar, con una dirección precisa aunque algo inestable en el punto central, siempre tendiendo a ir hacia uno de los lados, lo que hacía difícil (o más laborioso) mantener el coche centrado en el carril. El coche traza bien las curvas y tiene una suspensión firme aunque confortable. Da en todo momento sensación de seguridad, incluso bajo intensa lluvia y fuerte viento, y me ha parecido un coche seguro y dócil, muy fiel a los dictados del conductor y que transmite bien la situación de agarre y el estado del asfalto…

Otro punto destacable es su poder de frenada, que me atrevería a decir es superior al del Ateca, muy poderoso en esos momentos en los que algo repentino requiere una disminución rápida de la velocidad. Yo creo que lo consigue gracias a un peso total comedido y un buen equipo de frenos, los cuales, por otra parte, en ciudad, hacen un ruido excesivo al accionarse y frenar.
En definitiva, un coche noble que sabe moverse por cualquier carretera y que se deja guiar a la perfección, sin malos rollos ni medias tintas, y un motor que deja muy claras cuáles son sus posibilidades, y cuales no.
Última edición: