Hola forer@s,
Aunque se ha hablado del tema en otro hilo Consumo de líquido refrigerante en este hilo voy a intentar hacer un recopilatorio de lo que se debe y de lo que no se debe hacer con el líquido refrigerante y una serie de consejos que al menos a mí en los vehículos que he tenido me han servido y he evitado averías. debido a la longitud del post y las limitaciones del foro lo dividiré en cuatro partes. Además si los moderadores piensan que no es oportuno o que ya ha sido tratado en otros hilos del foro, pueden borrar el contenido del post.
Aquí voy con la Primera parte.
El líquido refrigerante
El líquido refrigerante es de vital importancia para el correcto funcionamiento de nuestro coche. Es muy común llamarlo indistintamente anticongelante, o refrigerante, a pesar de que son dos conceptos en principio muy diferentes. El anticongelante no es más que una propiedad del líquido refrigerante, y cumple una función de gran importancia en el coche, como es asegurar que el refrigerante circule por todo su circuito sin trabas.
La misión del refrigerante es absorber el exceso de calor del motor, de forma que se mantenga en su temperatura ideal, que son unos 90ºC. Además, este refrigerante debe funcionar correctamente en el rango de temperaturas de uso del coche, o lo que es lo mismo, debe funcionar en nuestra zona de residencia por mucho calor o frío que haga. Todos estos requisitos van a definir exactamente cómo es el líquido refrigerante, y por qué, además, es tan importante su característica anticongelante y de punto de ebullición.
En el inicio de los tiempos allá por los años 30 del siglo pasado, y hasta no hace muchos años, el agua del grifo era el principal refrigerante del coche de hecho algunos conductores veteranos recordaran llenar el vaso de expansión del SEAT 600 con agua de la fuente o de manantial. Pero, es evidente que si ahora no se utiliza será por algo, y ese algo es que a pesar de tener las mejores propiedades en cuanto a disipación de calor, su punto de congelación y de ebullición la hacen inservible como buen líquido refrigerante (0ºC a 100ºC), puesto que las prestaciones y temperaturas de funcionamiento de los motores actuales no tienen nada que ver con la de los automóviles del siglo pasado. Además, el agua por sí misma correría el metal del radiador y de otras partes metálicas sin remedio (sobre todo en las zonas costeras, debido al salitre del mar presente en la propia atmósfera) , por lo que se hace necesario "enriquecer" y "vitaminar" esa agua con algún líquido capaz de contrarrestar esos defectos, sin que la capacidad de absorber calor propia del liquido elemento no se vea demasiado mermada. Por eso se añadieron los anticongelantes y otros aditivos como los desincrustantes.
Resumiendo un poco, la capacidad calorífica del agua no tiene rival, pero tiene los puntos débiles de sus temperaturas de congelación y fusión, y además es corrosiva (y si hay salitre en el ambiente pues ya no os cuento). Os recuerdo que, la capacidad calorífica es la cantidad de energía necesaria para aumentar en una unidad de temperatura la temperatura de una sustancia. Es, por decirlo así, la cantidad de energía que absorbe la sustancia antes de elevar la temperatura un grado centígrado.
Existen una cantidad bastante amplia de aditivos que consiguen bajar la temperatura de congelación del líquido resultante, y elevar la de ebullición, además de corregir esa tendencia tan incómoda a la corrosión. Y ahí entra en verdad la parte interesante: el anticongelante. Desde finales de los años 1930 se utilizan etilenglicoles, unos alcoholes que proporcionan una baja temperatura de congelación y un punto de ebullición alto, en torno a los 197ºC si se encuentra en estado puro.
Etilenglicol
Las soluciones de etilenglicol estuvieron disponibles por primera vez en 1937 y fueron comercializadas como "anticongelante permanente", gracias a que sus mayores puntos de ebullición proporcionaban ventajas tanto en verano como durante el frío invernal. Aún siguen usándose. Los anticongelantes de etilenglicol son venenosos


y deben mantenerse alejados de personas y animales, particularmente niños y perros que pueden verse atraídos por su sabor dulce. Forman cristales de oxalato cálcico en los riñones, pudiendo provocar un fallo renal agudo y la muerte 
. Todos los vertidos deben limpiarse, o en su defecto debe impedirse el acceso a los lugares en los que puede estar presente a quienes puedan ingerirlo.
En la actualidad existen dos tipos de anticongelantes orgánicos e inorgánicos las diferencias os las comento a continuación.
Anticongelantes Orgánicos e Inorgánicos
Empezaré explicando la diferencia que hay entre líquido anticongelante orgánico y uno inorgánico. Ambos están formados básicamente por etilenglicol, el agente anticongelante más comúnmente utilizado, pero difieren en el resto de aditivos que lleva la mezcla y en el caso del G13 que llevan nuestros Ateca ni siquiera lleva etilenglicol, pero de esto hablaré más adelante. Estos aditivos de los que hablamos, se mezclan con agua destilada (es decir, desmineralizada o descalcificada) y se encargan de garantizar la protección contra la corrosión de los diferentes componentes del motor, como puede ser el radiador o la bomba de agua (esta última sola averiarse debido a la corrosión de los anticongelantes antiguos y a la acumulación de cal en las partes móviles).
La principal diferencia entre el refrigerante orgánico y el inorgánico radica precisamente en estos inhibidores para la corrosión. Los inorgánicos utilizan productos como silicatos, que tienden a degradarse con el paso del tiempo, restando efectividad y pudiendo ser fuente de futuras averías. Los orgánicos, por su parte, se muestran más estables durante un periodo de tiempo mayor y son biodegradables, por lo que resultan menos dañinos con el medio ambiente. Además, su capacidad de evitar la congelación es la más alta, llegando hasta casi 40 grados bajo cero.
Para los que disponemos mas de un vehículo nos puede surgir la pregunta...
¿Puede usar anticongelante orgánico en mi coche antiguo?. La respuesta es sencilla, por supuesto, aunque siempre es recomendable seguir las indicaciones del fabricante. En cualquier caso, si vuestro coche es más o menos moderno (de este siglo) como es el caso de nuestros ATECA, ya traen anticongelante orgánico en nuestro caso el G13. Si no es así (tenemos un vehículo realmente antiguo), la única precaución que se debe tener es asegurarse de que el sistema de refrigeración de tu coche emplee un radiador de aluminio para poder utilizar anticongelante organico y no de cobre o latón en estos casos es conveniente utilizar anticongelante inorgánico
Cada fabricante da un periodo predefinido para la sustitución de este elemento, pero por norma general, suele ser cada dos años o 40.000 kilómetros. Por supuesto, nunca se debe mezclar anticongelante orgánico con inorgánico. Si se hace, las propiedades nunca serán las adecuadas y podrías provocar la aparición de corrosión en el sistema de refrigeración con el consiguiente riesgo que ello conlleva.
Aquí acabo la primera parte.
Saludos.


Aunque se ha hablado del tema en otro hilo Consumo de líquido refrigerante en este hilo voy a intentar hacer un recopilatorio de lo que se debe y de lo que no se debe hacer con el líquido refrigerante y una serie de consejos que al menos a mí en los vehículos que he tenido me han servido y he evitado averías. debido a la longitud del post y las limitaciones del foro lo dividiré en cuatro partes. Además si los moderadores piensan que no es oportuno o que ya ha sido tratado en otros hilos del foro, pueden borrar el contenido del post.
Aquí voy con la Primera parte.
El líquido refrigerante
El líquido refrigerante es de vital importancia para el correcto funcionamiento de nuestro coche. Es muy común llamarlo indistintamente anticongelante, o refrigerante, a pesar de que son dos conceptos en principio muy diferentes. El anticongelante no es más que una propiedad del líquido refrigerante, y cumple una función de gran importancia en el coche, como es asegurar que el refrigerante circule por todo su circuito sin trabas.
La misión del refrigerante es absorber el exceso de calor del motor, de forma que se mantenga en su temperatura ideal, que son unos 90ºC. Además, este refrigerante debe funcionar correctamente en el rango de temperaturas de uso del coche, o lo que es lo mismo, debe funcionar en nuestra zona de residencia por mucho calor o frío que haga. Todos estos requisitos van a definir exactamente cómo es el líquido refrigerante, y por qué, además, es tan importante su característica anticongelante y de punto de ebullición.
En el inicio de los tiempos allá por los años 30 del siglo pasado, y hasta no hace muchos años, el agua del grifo era el principal refrigerante del coche de hecho algunos conductores veteranos recordaran llenar el vaso de expansión del SEAT 600 con agua de la fuente o de manantial. Pero, es evidente que si ahora no se utiliza será por algo, y ese algo es que a pesar de tener las mejores propiedades en cuanto a disipación de calor, su punto de congelación y de ebullición la hacen inservible como buen líquido refrigerante (0ºC a 100ºC), puesto que las prestaciones y temperaturas de funcionamiento de los motores actuales no tienen nada que ver con la de los automóviles del siglo pasado. Además, el agua por sí misma correría el metal del radiador y de otras partes metálicas sin remedio (sobre todo en las zonas costeras, debido al salitre del mar presente en la propia atmósfera) , por lo que se hace necesario "enriquecer" y "vitaminar" esa agua con algún líquido capaz de contrarrestar esos defectos, sin que la capacidad de absorber calor propia del liquido elemento no se vea demasiado mermada. Por eso se añadieron los anticongelantes y otros aditivos como los desincrustantes.
Resumiendo un poco, la capacidad calorífica del agua no tiene rival, pero tiene los puntos débiles de sus temperaturas de congelación y fusión, y además es corrosiva (y si hay salitre en el ambiente pues ya no os cuento). Os recuerdo que, la capacidad calorífica es la cantidad de energía necesaria para aumentar en una unidad de temperatura la temperatura de una sustancia. Es, por decirlo así, la cantidad de energía que absorbe la sustancia antes de elevar la temperatura un grado centígrado.
Existen una cantidad bastante amplia de aditivos que consiguen bajar la temperatura de congelación del líquido resultante, y elevar la de ebullición, además de corregir esa tendencia tan incómoda a la corrosión. Y ahí entra en verdad la parte interesante: el anticongelante. Desde finales de los años 1930 se utilizan etilenglicoles, unos alcoholes que proporcionan una baja temperatura de congelación y un punto de ebullición alto, en torno a los 197ºC si se encuentra en estado puro.
Etilenglicol
Las soluciones de etilenglicol estuvieron disponibles por primera vez en 1937 y fueron comercializadas como "anticongelante permanente", gracias a que sus mayores puntos de ebullición proporcionaban ventajas tanto en verano como durante el frío invernal. Aún siguen usándose. Los anticongelantes de etilenglicol son venenosos






En la actualidad existen dos tipos de anticongelantes orgánicos e inorgánicos las diferencias os las comento a continuación.
Anticongelantes Orgánicos e Inorgánicos
Empezaré explicando la diferencia que hay entre líquido anticongelante orgánico y uno inorgánico. Ambos están formados básicamente por etilenglicol, el agente anticongelante más comúnmente utilizado, pero difieren en el resto de aditivos que lleva la mezcla y en el caso del G13 que llevan nuestros Ateca ni siquiera lleva etilenglicol, pero de esto hablaré más adelante. Estos aditivos de los que hablamos, se mezclan con agua destilada (es decir, desmineralizada o descalcificada) y se encargan de garantizar la protección contra la corrosión de los diferentes componentes del motor, como puede ser el radiador o la bomba de agua (esta última sola averiarse debido a la corrosión de los anticongelantes antiguos y a la acumulación de cal en las partes móviles).
La principal diferencia entre el refrigerante orgánico y el inorgánico radica precisamente en estos inhibidores para la corrosión. Los inorgánicos utilizan productos como silicatos, que tienden a degradarse con el paso del tiempo, restando efectividad y pudiendo ser fuente de futuras averías. Los orgánicos, por su parte, se muestran más estables durante un periodo de tiempo mayor y son biodegradables, por lo que resultan menos dañinos con el medio ambiente. Además, su capacidad de evitar la congelación es la más alta, llegando hasta casi 40 grados bajo cero.
Para los que disponemos mas de un vehículo nos puede surgir la pregunta...


Cada fabricante da un periodo predefinido para la sustitución de este elemento, pero por norma general, suele ser cada dos años o 40.000 kilómetros. Por supuesto, nunca se debe mezclar anticongelante orgánico con inorgánico. Si se hace, las propiedades nunca serán las adecuadas y podrías provocar la aparición de corrosión en el sistema de refrigeración con el consiguiente riesgo que ello conlleva.
Aquí acabo la primera parte.
Saludos.



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