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  1. Tyrol

    Seat Ateca, el cliente siempre tiene la razón

    Un hombre abre una puerta trasera del coche. La cierra. Comprueba como suena. La vuelve a abrir. La vuelve a cerrar. Y así dos veces más. Al terminar, hace una anotación en una tableta digital. A escasos centímetros, una mujer se sienta en el asiento del conductor. Enciende las luces de cruce y...
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